CÁRCEL DE MUJERES el nuevo tema de POCHI MARAMBIO y TIERRA SUR
POCHI MARAMBIO, fiel a su particular estilo, nos deleita esta vez con «CÁRCEL DE MUJERES» un tema que conserva el roots galáctico al cual nos tiene acostumbrado, además nos hace reflexionar sobre la situación de los niños que viven en prisión y son casi invisibles en nuestra sociedad.
La suave melodía del tema nos transporta a lugares secretos en el tiempo, acompañada de
guitarras melancólicas , sutiles efectos sintetizados y ensamblados al particular reggae POCHITIVO. Pero no solo nos recuerda la mística de temas como Gispy Fari , sino que también Pochi vuelve a conversarnos de temas tan importantes y quizás tan invisibles a la vez, como son los sentimientos.
Así como en Piraña, Tercer Mundo , Babylonia entre otros , «CÁRCEL DE MUJERES» , nos sumerge a conocer no solo un problema en la sociedad , el profundiza en la situación especial que lleva este binomio madre/hij@, al difícil hecho de separarse y al impacto que conlleva esta situación.
En Perú el número de mujeres en prisión se ha duplicado en los últimos quince años, la mayoría de ellas sentenciadas de ocho a quince años en prisión por traficar drogas .
En muchos casos las mujeres detenidas y privadas de libertad son madres de niños menores de tres años que solicitan el ingreso de los mismos para su cuidado, por lo que el INPE debe brindarles albergue, alimentación, educación y otros servicios en cumplimiento de la normatividad establecida. En otros casos son recluidas cuando se encuentran en gestación y al nacer sus hijos forman parte de la población de niños a cargo del sistema penitenciario. Por último, se da el caso de las mujeres recluidas que se embarazan al recibir su visita conyugal.
Muchas veces afuera de la cárcel no hay padres, abuelos, ni vecinos que puedan hacerse cargo de los menores, por lo que a estas mujeres no les queda más opción que tenerlos con ellas en contexto de encierro. De esta manera, niños que no cometieron ningún delito viven sus primeros años de vida como si estuvieran presos.
En la mayoría de los penales las mujeres con niños pequeños son alojadas en pabellones comunes. La rutina es la misma que la del resto de las presas.
Va tener que compartir la cama, ceder parte del espacio en la celda, pelear por la leche y por los pañales. Pero eso no es lo que más preocupa. Lo que le angustia a la madre es que los primeros sonidos que ese bebé va a escuchar -y que lo van a perseguir por el resto de su vida- son los chirridos y golpes de rejas que se abren pero, sobre todo, se cierran.
Al mes de febrero 2018 , el INPE tiene a su cargo a 180 niños: 92 varones y 88 mujeres, la mayor concentración se encuentra entre las edades de 1 a 2 en varones y 0 a 1 en mujeres. Los establecimientos penitenciarios que albergan mayores cantidades de niños son: E.P. Mujeres de Chorrillos, E.P. Anexo de Mujeres de Chorrillos, E.P. Mujeres de Trujillo y E.P. de Huánuco.
De acuerdo con la ley penitenciaria de Perú, un niño o niña puede permanecer con su madre presa desde su nacimiento hasta los tres años, fecha en la que debe abandonar la cárcel para ir a vivir con algún familiar cercano. Antes de cumplir los tres años, los menores salen previamente de la prisión con familiares para que se acostumbren a su próxima forma de vida.
El ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) en su lucha ha puesto en marcha los servicios del programa Cuna Más en dos penales de Lima, a fin de mejorar no solo la alimentación de los niños, sino también su cuidado integral y desarrollo.
El ruido de las rejas y la obsesión por las puertas: cómo afecta a los bebés pasar sus primeros años en la cárcel
«Los niños que viven los primeros años en prisión, obviamente cuando salen desconocen todo. Al revés de lo que nos pasa a nosotros. Se asustan cuando ven un baño, una cama y libros. Muchos chicos usan de baño un rincón de la casa y se asombran cuando ven la luna o el sol, porque nunca se lo mostraron», dice Lucia Di Forte, fundadora de la agrupación Yo No Fui – Argentina.
UNA BUENA IDEA: Casitas en lugar de pabellones – CASO en ARGENTINA
«¡Tránsito! ¡Tránsito! ¡Tránsito!», grita una de las guadiarcárceles mientras golpea con las llaves las rejas. Lleva esposada a una mujer a la que deja en el pabellón de las madres. Se llama Mariza y está embarazada de siete meses. «Menos mal que tenés la panza mamita y te tocó este pabellón. Esto no es la cárcel común», le dice una compañera de celda.
Desde hace dos años, la provincia de Buenos Aires puso en marcha un plan: un sistema de casitas a las que comenzaron a ser trasladadas algunas de estas mujeres embarazadas o con hijos pequeños. Están dentro del predio penitenciario, pero separadas del funcionamiento cotidiano del penal y con acceso a un espacio verde independiente.
«Los primeros años de los niños son fundamentales para su desarrollo a lo largo de la vida»
El objetivo es evitar o paliar las secuelas del encierro en los menores y fomentar un vínculo más sano entre madres e hijos. Este proyecto se lleva a cabo en el penal de Florencio Varela. «Estar acá y no en el pabellón me cambió el ánimo. Ver el pasto y no tener el encierro. Llueve y podes salir»
PERÚ: NO TODO ES MALO EN LAS CÁRCELES PARA MUJERES existen PROYECTOS QUE EMOCIONAN:
Cárcel ha invertido en maquinaria, capacitación, desarrollo de habilidades e infraestructura de los talleres. Es la primera compañía que establece una producción con los más altos estándares de calidad al interior de una prisión. Preocupado constantemente por brindar entrenamiento y desarrollar las habilidades de las presas, este fashionlabel danés mantienen en perfectas condiciones los espacios de trabajo y la maquinaria que se emplea en la elaboración de las prendas, promoviendo un ambiente de trabajo caracterizado por el respeto y la motivación mutua.
Diseños hechos en prisión, a base de materiales cien por ciento naturales -comobaby alpaca y lana-, es la fórmula que conjuga Cárcel para evocar lo efímero y, a la vez, lo eterno donde convergen las reglas de la moda, pero sobretodo, las reglas de la vida. Diseños híbridos, que mezclan la sutileza escandinava y los colores vivos de Perú, conforman prendas estéticas y funcionales, chics y elegantes, abrigadoras y durables en donde se interconectan tradiciones culturales. Cárcel ha creado la línea A mano, de la cual la bomba es su primer producto.