Filippo Giunta: «Creo que de este asunto, todos salimos derrotados»
Aquí les dejamos las palabras de fundador del ROTOTOM, quién nos deja un mensaje de esperanza, tras lo acontecido con el show cancelado de Matisyahu.
MI punto de vista sobre lo ocurrido con Matisyahu:
Ha sido un juego fácil para muchos interpretar la anulación del concierto como una forma de ceder a las presiones de una asociación (que condeno enérgicamente por el extremismo de sus tonos y de sus razonamientos) que inició un boicot contra el Rototom. El Rototom ha sufrido diversos boicots durante sus 24 años de existencia y siempre ha tenido fe en su línea de conducta y de pensamiento sin hacerse condicionar por las extorsiones de quien hace de la prepotencia su propio método de lucha.
Ni hemos secundado la petición de algún fanático exponente político que, a pesar de envanecerse a través de la prensa, nunca se ha puesto en contacto con nosotros.
Sinceramente, nos habría gustado tener con nosotros a Matisyahu para compartir con él mensajes de paz y de fraternidad universal.
El hecho es que, en cierto modo, nos hemos encontrado entre dos extremismos: por un lado una asociación que no atiende a razones y que trata todo con un “o con nosotros o contra nosotros”. Y por otro lado un artista que, frente a nuestra simple (y legítima) pregunta de condena de la guerra como instrumento de resolución de los conflictos (de TODAS las guerras) ha evitado repetidamente responder.
El Rototom es un lugar de paz y de diálogo: nos habría bastado un gesto de buena voluntad de, al menos, UNA de las partes, para continuar creyendo que este concierto hubiera podido (todavía) traer algo positivo a esta edición dedicada a la Paz.
Que hubiera podido servir de estímulo para el diálogo, para la comprensión mutua. En pocas palabras: que hubiera podido aportar cualquier cosa positiva en nuestra búsqueda y construcción de un mundo mejor.
Lamentablemente, tras días de desilusiones, nos hemos dado cuenta de que este concierto únicamente habría traído consigo desencuentro, incomprensión, intolerancia e intransigencia. Y hemos decidido anularlo.
No hemos dicho NO a Matisyahu como hebreo o como sionista, sino simplemente hemos considerado inadecuado albergar algo que habría generado con certeza un conflicto, sin ninguna posibilidad de diálogo.
Creo que de este asunto todos salimos derrotados: la asociación que se ha inventado un boicot de una violencia intolerable, Matisyahu que, legitima pero inoportunamente, se ha negado a la comparación y al diálogo y, por último, nosotros del Rototom que, evidentemente, no hemos conseguido gestionar las cosas como nos habría gustado.
Nosotros habríamos soñado poder bailar con un Matisyahu solidario con nosotros, pueblo de tantas razas y de tantas religiones que aman vivir juntas en paz, rechazando la guerra sin más. No hemos conseguido hacerlo esta vez, pero albergo la esperanza de que todo esto pueda todavía suceder, en una próxima ocasión. Son palabras de esperanza, esperanza de redención.
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Filippo Giunta